19 de abril de 2009

Entrevista a Yon González

Yon González: “El día que acabe El Internado haré todo lo que me echen y me guste.”


¿Los chicos de Mentiras y Gordas se pasan las noches de fiesta en fiesta. Cómo se divierte Yon González?

Poca fiesta. Soy más de disfrutar de la mañana, de la tarde, de mi moto, de mis rutas, más que de la noche. Como trabajé en una discoteca ya acabé hasta los “cojones” de tanta historia. Todos los días hasta las diez, las once de la mañana, era como… pufff

¿Cuál es la mentira más grande que nunca has dicho?

La verdad es que soy muy sincero.

¿Y alguna de prima?

¿Mentirijillas? De esas hay. Mentiras piadosas que no hacen daño a nadie. Pero como hace tanto que no miento, ahora no me acuerdo de ninguna.


Has pasado de la televisión al cine. ¿Cuál es el cambio más grande que has encontrado?

Lo bueno del cine es que cuando te dan el guion sabes el inicio del personaje y cómo va a acabar. Cosa que en televisión te dan el guión y tienes que ir improvisando y haciéndote el camino que vas a escoger para el personaje. Y no preguntes porque tampoco lo tienen muy claro.

Cómo me han cuidado en televisión y lo que he hecho en televisión, cosas muy grandes y muy malas también, no lo he hecho en cine. Me gusta más la experiencia de televisión que la de cine en esta película. Es la primera que hago y como ha sido muy rara a la hora de hacerla…

«La verdad es que esta película me cuesta verla, sobretodo mi trabajo porque no estoy nada conforme con él. Estoy mucho más conforme con el trabajo que hago en El Internado»


¿Te reconoces cuando te ves en la pantalla?

La verdad es que esta película me cuesta verla, sobretodo mi trabajo porque no estoy nada conforme con él. Estoy mucho más conforme con el trabajo que hago en El Internado, y eso que aquí lo tienes todo más preparado.

¿Crees que podrías haber hecho mejor?

Si hubiera tenido más libertad a la hora de crear… Cómo me han limitado bastante, no he podido sacar todo lo que yo quería sacar. Nos limitaban mucho los movimientos. Aportamos algunas cosas, pero fue muy diferente lo que se ensayó y se acordó a lo que vino luego. A la hora de ensayar todo parecía perfecto, además me sentía super agusto trabajando con Mario Casas, un actor con un perfil con el que a mí me gusta trabajar. Pero a la hora de rodar, de repente cambiaba todo, era como: “Cómo me hacéis esto?” Igualmente estoy muy contento porque he aprendido un montón, me ha venido muy bien la experiencia en cine y estoy encantado.

¿Qué otro personaje de Mentiras y gordas te hubiera gustado interpretar?

El de Toni (Mario Casas).

¿Con qué te quedas de tu experiencia en la película?

Con la paciencia. He aprendido a ser paciente, y mucho.

¿Quedan ganas de hacer más cine?

Sí, aunque con mi Internado estoy tan contento que espero que se alargue y dure más allá de diciembre. Estoy aprendiendo un montón. De hecho la formación que tengo me la ha dado la televisión, y lo poco que he hecho en esta peli. Además la televisión es la que te da de comer, hoy en día en España no hay cine.

La televisión tiene su parte buena y su parte mala. La buena es que trabajas todos los días, y a la hora de ponerte delante de una cámara no tienes ningún tipo de pudor ni vergüenza de que te estén grabando. Y la mala es que al trabajar a una velocidad mucho más rápida que el cine coges vicios y te apoyas en ellos para sacar las escenas adelante. Vicios que al hacer cine los directores tienen que corregirte.

También tengo la suerte de que El Internado es una serie de calidad, que está bastante bien escrita, no como “matrimoniadas” que es una putada para el actor.

¿Qué tipo de cine te gustaría hacer?

El cine social me encanta. Aunque más que el tipo de cine se trata de la relación con el director. Para mí es muy importante que haya una buena comunicación y que se vea en el director esas ganas de hacer una cosa bonita, de crear arte, una cosa que cada vez se hace menos.

También hay personajes que me gustaría hacer, como el que interpreta Sean Penn en Yo soy Sam. Una obra de arte lo que hace ese actor. Me pasé la película llorando.

Y más que un personaje, me gustaría trabajar con mi hermano (Aitor Luna) algún día.

¿Tiene algún proyecto para trabajar juntos?

No. El está en Los hombres de Paco, yo en El Internado Tenemos suerte estando en dos series de éxito ahora mismo. Él aparte está con teatro, haciendo Hamlet, una obra que si no la habéis visto tenéis que verla porque es increíble.

¿Hay alguna película que te haya marcado en la infancia?

La película que más he visto es la de Speed. Fue cuando mi padre compró un DVD y la primera película que trajo fue esa. La vimos dos veces seguidas. Pero no hay ninguna película que me haya marcado. Aunque la verdad es que todavía tengo que ver mucho cine.

¿Tienes algún tipo de ritual antes de salir a escena?
No. Necesito calma, concentración. Sin que nadie te moleste. Cuando ya estas concentrado siempre llega la de vestuario en plan… y es como: “déjame por favor, colócame y déjame”.

Durante el rodaje de Mentiras y gordas habías de compaginar tu trabajo en la serie. ¿Cómo se logra hacerlo?

El día que más he trabajado en mi vida fue justo con esta película. Grabé 28 horas seguidas. Grabé en Madrid en la serie por la mañana, cogí el avión hacia Alicante, rodé toda la tarde y volví a Madrid a seguir grabando El Internado. La cara que te queda al final, por muy actor que seas es jodida. Pero como la última intervención era en El Internado y hacia de malote, con la energía superbaja, me ayudó bastante. Jajaja.

¿Como van los rodajes de El Internado?

Pues bien. Empezamos a rodar hace tres semanas. Se empieza a emitir otra vez la primera semana de mayo. Llevamos casi tres capítulos grabados, para empezar con un buen colchón, aunque sea de seis capítulos, que enseguida nos pilla el toro y luego llegan las prisas. Una vez se llegó a montar por el día un capítulo que se emitía por la noche.

¿Quedan muchas sorpresas?

Es una sorpresa continua esto de El Internado. Y tampoco es que te digan nada. Yo me entero de todo cuando me dan el guión en el camerino y digo: “¡anda mira, ya ha salido otro!”.

¿Cómo ves tu futuro como actor?

Me muero de ganas de hacer teatro. Poder estar hora y media encima del escenario, con toda la gente y en directo. Al cine y a la televisión les falta esa adrenalina y ese punto de energía que te da estar ante el público. El día que acabe El Internado me decantaré por el teatro, aunque si me sale otra serie pues la haré, y si me sale otra película pues la haré. Y haré todo lo que me echen y me guste.

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